Por Gonzalo Quintana
Es el momento del año, pero son épocas distintas. Hasta 25 o 30 años atrás, la mesura, la sobriedad, la prudencia, etc. eran virtudes apreciadas en una autoridad o en un dirigente político. Eso justificaba una expresión neutral, sin compromiso, como “con sus luces y sus sombras.”
La exageración era un recurso casi exclusivo para ciertos actos proselitistas, había “expertos”, entrenados para el efecto, eran los “hurreros”. No dañaban la reputación de la autoridad que recibía el homenaje exagerado porque estos se mantenían en los limites de los “Karaí guazú”
La exageración es, copio: “Decir, representar o hacer algo traspasando los límites de lo verdadero, natural, ordinario, justo o conveniente.” “Presentar [algo] como más grande o más importante de lo que es en realidad”.
Hoy esas virtudes son escasas, las exageraciones constantes. Sin embargo, hay pocas cosas más constantes, se repiten año a año, en la evaluación del gobierno que las frases cliché “con sus luces y sombras”, “hicimos mucho pero queda mucho por hacer” o “ a pesar de lo mucho que hicimos, no estamos satisfechos”; y no se refieren a las tragadas, claro está.

Las luces las pone el Gobierno, porque todo, absolutamente TODO, es histórico. La realidad IMPONE las sombras.
Ambas luces y sombras son potenciadas al máximo por los socios y por los opositores respectivamente. No lo hacen para ver mejor ni para ayudar a traer claridad y ofrecer alternativas sino que para mantener el ambiente de claro oscuros que tanto les conviene.
Toda la vida me asombró esa, no sé como llamarla, “creencia” que el 31 de diciembre termina todo y que el primero de enero empieza un juego totalmente nuevo.
Según mi experiencia de vida, esa creencia, esa magia, esa fe, no tiene fundamento, porque lo que pude comprobar, sin variaciones, es que la frase que se manifiesta como real (se le atribuye a Pitagoras) es; “hoy es lo que es porque ayer fue lo que fue”. Esto, se dará siempre que no opera una tremenda fuerza de cambio que sea superior a la tremebunda fuerza que tienen los que quieren que nada cambie.
Es fácil de comprobar: si cobraste sueldo y aguinaldo el 20 y te morfaste completo entre el 24 y el 31…de tu situación, después, no tiene la culpa el 2025 ni el 2026.
Esto es diferente para el gobierno. El articulo 286 de la Constitución hace que el 2 de enero haga un milagro, Es como una especie de navidad financiera porque permite al Banco Central
“i. los adelantos de corto plazo de los recursos tributarios presupuestados para el año respectivo, “
En materia de luces escucho a más funcionarios, cada vez con más frecuencia, de socios y asociados del Gobierno la frase “un gigante que se levanta” en sustitución a la desacreditada “vamos a estar mejor”.
Para los otros la realidad es distinta, dramáticamente distinta.
Pero, más allá de la versión que sugieren las propagandas para describir la “realidad”, el relato, que les conviene, podríamos tratar de ver cómo aprovechar lo que es claro y reconocer lo que es oscuro para tratar que la luz se expanda sobre las sombras, las evidentes por lo menos.


























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