En el Hospital Regional de Ciudad del Este, médicos que habían realizado una operación quirúrgica de cesárea en una paciente con siete meses de un embarazo de riesgo tanto para ella como para la bebé, dieron por muerta a esta última luego del procedimiento, dándosela a sus familiares para su entierro solo para que estos descubrieran que la recién nacida estaba viva en pleno velorio.
Aparentemente, uno de los tíos de la infante se acercó al cuerpo para despedirse y se percató de que esta respiraba y se movía, por lo que rápidamente trasladaron a la beba a un hospital donde luego de ser ingresada a una incubadora, fue trasladada a la zona de cuidados intensivos.