El pasado viernes fue oficialmente inaugurado el nuevo Centro Penitenciario de la ciudad de Minga Guazú, al cual se trasladará la mayor parte de la población penitenciaria del sobrecargado Penal de CDE. Esta habilitación es el inicio del fin de un proceso desarrollado casi en su totalidad por el Gobierno de Mario Abdo Benítez, luego de que en un principio existieran dudas respecto al llamado licitatorio original que data de fines de la gestión de Horacio Cartes.
El inicio de este último se dio en Diciembre de 2017, anunciado por el propio ministro de Justicia de entonces Éver Martínez, el cual informaba sobre la intención de construir nuevos centros penitenciarios nada más en la ciudad de Emboscada. En febrero de 2018 se presentaron los oferentes y se tenía previsto que la inversión estatal para estos nuevos penales sea de casi 400 mil millones de guaraníes.
Cabe señalar que esta licitación era de carácter internacional, por lo que los consorcios que se presentaron eran extranjeros. En este sentido, sus pares paraguayos comenzaron a denunciar un aparente direccionamiento, protestando a su vez contra el pliego de bases y condiciones además de mostrar su preocupación acerca de la utilización de bonos para financiar las obras.
Debido a todo esto, pocos días después de la presentación de los oferentes, el 22 de febrero de 2018 y aún bajo el Gobierno de Horacio Cartes, la misma Dirección de Contrataciones Públicas abrió una investigación sobre el proceso licitatorio debido a posibles irregularidades en el mismo, recomendando a su vez al MOPC el retraso de la apertura de ofertas, quedando en pausa por varios meses.
Es así que, tan solo un día después de la asunción del Gobierno de Mario Abdo Benítez, su recién nombrado ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens, anunció que decidió cancelar este proceso licitatorio iniciado durante la gestión anterior, argumentando que buscarían una mayor profundización del mismo para garantizar que su ejecución cuente con presupuestos de transparencia.
LA NUEVA LICITACIÓN
Ya durante la gestión de Abdo Benítez, se hizo un llamado a una nueva licitación, esta vez contando con 16 oferentes siendo favorecidas las empresas y consorcios paraguayos. En junio del año 2019 fueron finalmente adjudicadas las organizaciones que ganaron en este proceso, todas nacionales, con el agregado de que ahora ya no solo se tenía planteada la construcción de dos cárceles en Emboscada, sino que además se sumaba una tercera en Minga Guazú, siendo esta la inaugurada hace unos días.
Así mismo, la inversión del Estado en estas construcciones sería mucho más ventajosa que en el proceso licitatorio original, ya que de los casi Gs. 400 mil millones que en un principio se iban a gastar en estas penitenciarías, las cuales iban a ser menos que las de la nueva licitación, pasaría a fijarse un monto de menos de Gs. 200 mil millones para las obras de los tres centros de reclusión.
En su momento, José Luis Heisecke, presidente de la CAPACO y responsable de una de las empresas adjudicadas, destacó que “el gobierno anterior tenía previsto pagar G. 397.000 millones por las mismas cárceles, ya estaba todo listo para la licitación a extranjeros que vienen y subcontratan a precios miserables y solo llevan nuestro dinero”.
Así mismo, la misma Cámara que Heisecke presidía, hace exactamente cinco años celebró a través de sus redes sociales el hecho de que los 16 oferentes para la construcción de las penitenciarías fueran paraguayos, agregando que tan solo un año antes esto era algo que parecía totalmente imposible.
Finalmente, el pasado viernes se inauguró oficialmente el llamado Centro de Reinserción Social de Minga Guazú, la primera de esta tres nuevas cárceles licitadas y adjudicadas para su construcción en 2019. El Director del Penal de Ciudad del Este, Benjamín Ozuna, destacó en charla con Radio 1000 que esta nueva penitenciaría cuenta con un sistema de seguridad sumamente sofisticado.
El mismo permitirá, por ejemplo, contar con las vestimentas de los internos codificadas, garantizando su control estricto, mientras que el penal también tiene un pabellón de máxima seguridad en el cual se garantiza que los internos prácticamente no tengan contacto con nadie.
Además de esto, la capacidad de este nuevo establecimiento es de más de 1.400 internos, ayudando a eliminar de sobremanera el hacinamiento en el Penal de CDE, el cual contaba con 1.600 reclusos.