Olimpia aprendió, mejor dicho, recordó cómo se juega al fútbol directo. Líneas apretadas, dientes apretados, pierna fuerte. Meter y correr. Correr y meter. Está hambriento.
En el primer tiempo le salió todo bien ante un Libertad que se está cayendo a pedazos.
La pegada de Richard Ortiz habilitó a Rodney Redes que definió cruzado para el 1-0. Para el segundo, Rodney hizo una similar para que aparezca el defensor goleador Manuel Capasso. Para el 3-0, una conexión Ortiz y Erick López, el puntal. Este mete un centro y en primera instancia encuentra a Matías Espinoza que en su intentó de rechazar le dio un «tomá meté» a Hugo Adrián Benítez, el juvenil elemento olimpista.
Una grotesca acción de Lucas Sanabria, dejó con 10 hombres al Gumarelo para complicar más las cosas.
En el segundo tiempo, el Decano sacó el pie del acelerador y se dedicó a administrar el partido bajo sus reglas. Libertad se cuidó más en su terreno y ver qué hacía el rival.
Y faltaba uno más. César Olmedo ganó, picó, el centro a media altura para que aparezca Carlos Arrúa con un latigazo al lado del palo de Martín Silva.
El juego culminó 4-0 y alcanzó la cima con 11 puntos. Tercera victoria consecutiva.
Lo cierto es que Olimpia lo jugó como debe jugarse este tipo de partidos. Y sin sobrarle nada, pero dándolo todo, consiguió un triunfo que nunca estuvo en duda. El equipo de Martín Palermo llegará recontra afilado al superclásico del domingo ante el rival de toda la vida: Cerro Porteño.