“Las descripciones dentro de El príncipe tienen el tema general de aceptar que los objetivos de los príncipes, como la gloria y la supervivencia, pueden justificar el uso de medios inmorales para lograr esos fines.”
El discurso del presidente del próximo 1 de Julio puede servir para exacerbar las tensiones o para domarlas y conducirlas hacia logros colectivos.
El discurso puede ser el inicio de un proyecto esperanzador, que solo él puede liderar, si se propone, hacia UNA PATRIA para todos, o puede ser la reafirmación de un rumbo equivocado que se iniciara con un slogan tramposo: “un nuevo rumbo”.
El nuevo rumbo no fue más que eso, un slogan para atraparnos en una dinámica hacia el pasado. Una dinámica de exclusión, en base a la lealtad a una persona, no de inclusión como responsabilidad gubernamental “para estar mejor”.
El camino no era nuevo, resultó en uno muy conocido. Ese camino, de premios inmerecidos y castigos indebidos utilizando los recursos del Estado, hay que desandar porque lleva a la indignación, a la confrontación y a la perdida de oportunidades.
Muchos, cándidamente, caímos en la trampa del marketing político, seducidos por una vidriera bien montada por expertos que mostraban atractivos maniquís; típicos elementos del gatopardismo (El gatopardismo es la filosofía de quienes piensan que es preciso que algo cambie para que todo siga igual, incluyendo las condiciones para los negocios).
Aquí aparece otra tensión peligrosa que es provocada por el marketing político que tiene la capacidad de ocultar las debilidades apuntado a un enemigo real o ficticio y presentando como éxito los fracasos.
Es peligrosa porque el escaparate no es eterno y se deteriora muy rápido. Cuando la propaganda no se compadece con la realidad se llega al punto que ya no tiene posibilidad de restauración.
Jean – Francois Revel en su libro “El Conocimiento Inútil” afirmaba “La primera de todas las fuerzas políticas que dirigen el mundo es la mentira”, recreando lo que advertía Nicolas Maquiavelo en 1513, publicado en 1432, con El príncipe que muestra como la gloria y la supervivencia, pueden justificar el uso de medios inmorales para lograr esos fines”.
En 1868, Maurice Joly en su “Dialogo en el infierno entre Montesquieu y Maquiavelo” describía en los mismos términos el momento político de su época.
En esos tres momentos no existían las redes sociales como las conocemos hoy. Más que nunca, copio 3 verdades: 1. “Política hoy es cada vez más una caldera de emociones y percepciones. La clave ya no consiste en conocer y resolver.”
2.-“La clave política está en hacer que las percepciones y emociones de la gente y los dirigentes coincidan o por lo menos se asemejen. La política está en manos de la comunicación”.
3.- “Lo que cuenta en política no es lo que pasa, sino que lo que la gente cree que pasa”.
El marketing puede construir un paraíso para los políticos mediocres y para los tramposos que se jactan diciendo que “la política es el maneja de la realidad” y se quedan ahí, con una “realidad” maquillada hasta que, cosa inevitable, la realidad se impone.
El verdadero político, el que piensa en el país y tiene la sana ambición de ser trascendente, armará un equipo capaz de corregir el rumbo y transformar la realidad cuando se necesite.
El presidente con los opositores más inteligentes, dispuestos a servir a la patria, pueden desactivar la tensión extrema generada por la comunicación y ubicarlo en los niveles de tensión normal para una sana competencia política.