Eliana Rubiano-Matulevich, Economista Senior en la práctica global de Pobreza y Equidad para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, y Manuel Ferreira, exministro de Hacienda y presidente de la Consultora MF Economía e Inversiones, hablaron hoy con Economía a 1000 sobre las estrategias para impulsar el crecimiento inclusivo y la reducción de la pobreza.
El Banco Mundial se encuentra actualizando sus índices de pobreza en la región, y en su informe correspondiente a Paraguay, señalarán los sectores que necesitan un mayor impulso persiguiendo la inclusión. En las dos últimas décadas se reconoce que nuestro país ha logrado reducir la pobreza bastante, sobre todo en el periodo entre 2003 y 2013.
Posteriormente hubo una ralentización debido a la baja del precio de los commodities, lo cual luego fue sucedido por subsecuentes crisis como la pandemia y la actual sequía. No obstante, pese a todos estos problemas, desde el Banco Mundial se señala que Paraguay ha logrado evitar un impacto similar al que se terminó dando en otros países de la región.
Sin embargo, un gran porcentaje de la ciudadanía todavía se encuentra en estado de vulnerabilidad, con muchos encontrándose en peligro de caer en la pobreza o la indigencia directamente. El desafío principal en este sentido es que todas estas personas pasen a formar parte de la clase media de una manera mucho más sostenible en el tiempo.
A su vez, señalan brechas que aún siguen existiendo, sobre todo en lo referente a la población indígena o las mujeres, las cuales se afirma que en Paraguay tienen un mayor porcentaje de probabilidad de vivir en hogares pobres. Manuel Ferreira en particular dijo que en nuestro país se plantean programas para sacar a la gente de la pobreza pero no para mantenerlas fuera de esta.
Desde el Banco Mundial se habla de la calidad del empleo como una llave para tener una visión más sostenible del trabajo, así como la mejor formación del capital humano y una contingencia efectiva ante factores climáticos o contextuales. La entidad considera que aunque existe mucho más empleo en Paraguay, la calidad de este a veces no es óptima.
Existe además un 30% de rotación de trabajadores paraguayos, lo cual representa una cifra muy alta con relación a otros países, siendo los principales afectados los jóvenes, aquellos que cuentan con menor formación y, como se mencionó antes, las mujeres. A su vez, existe preocupación respecto a la cuestión del Capital Humano debido a los malos resultados en las Pruebas Pisa.
Muchos chicos tienen problemas para manejar cuestiones básicas en cuanto a matemáticas y comprensión lectora, por lo que se está criando a una generación que probablemente enfrente conflictos para cuando lleguen al mercado laboral, y se encuentren con exigencias que no podrán eventualmente cumplir.
Por otro lado, en la cuestión climática, Paraguay sigue estando muy expuesto a factores fuera del control de la economía, y si bien se han intentado diversificar los rubros para crear alternativas en estos casos, se debe profundizar en este último sentido, ya que los principales golpeados ante choques climáticos son los sectores pobres.