Según información publicada por la cuenta X de Li Zexin el 3 de junio de 2025, China mostró públicamente las capacidades de combate de su misil balístico intercontinental (ICBM) DF-5B, un componente clave de la disuasión nuclear estratégica del país.
Con un alcance declarado de 12.000 km y una capacidad de carga útil estimada en 3 a 4 megatones de TNT, el DF-5B es capaz de causar una destrucción catastrófica a cualquier adversario. Su potencia supera con creces la de las bombas atómicas utilizadas en la Segunda Guerra Mundial, lo que posiciona al DF-5B como una de las armas más poderosas actualmente conocidas en el arsenal de misiles de China.
Esta presentación oficial se considera parte de un esfuerzo más amplio de Pekín para proyectar confianza en sus iniciativas de modernización militar y disuadir posibles amenazas.
El ICBM (Misil Balístico Intercontinental) DF-5B, de fabricación china, representa una evolución significativa respecto al modelo anterior, el DF-5, desarrollado durante la Guerra Fría. La mejora más crucial es la integración de la tecnología MIRV (Vehículo de Reentrada con Objetivos Múltiples Independientes).
Este avanzado sistema permite que un solo misil transporte y libere varias ojivas nucleares, cada una capaz de alcanzar un objetivo diferente en amplias áreas geográficas. Mientras que el DF-5 original estaba equipado con una sola ojiva, el DF-5B puede transportar de seis a diez, lo que aumenta drásticamente su capacidad de ataque. Cada ojiva reentra en la atmósfera de forma independiente, lo que dificulta enormemente su interceptación por parte de los sistemas de defensa antimisiles.
Según expertos, la potencia de este misil supera con creces la de las bombas atómicas utilizadas en la Segunda Guerra Mundial, lo que lo posiciona como una de las armas más poderosas del arsenal chino.
La preocupación de Estados Unidos recae al alcance de este potente misil chino, ya que es capaz de atacar cualquier objetivo dentro de su territorio continental, incluyendo bases militares, centros urbanos y locaciones críticas.
En tanto, su configuración complica la arquitectura de defensa antimisiles estadounidense, ya que requerirá múltiples intercepciones por cada misil lanzado, saturando sistemas como la Defensa Terrestre de Medio Curso (GMD) o el BMD Aegis.
Fuente: Galaxia Militar