Qué golpe a Cerro Porteño, se fajó otro golpe letal. Los hinchas se estarán frotando los ojos para no creer que es la misma película de terror de siempre. En una semana nada de nada. En el inicio, el Ciclón buscó en los primeros 20 minutos con Cecilio Domínguez, que luego se embarró. Federico Carrizo intentó ser el diferente. Alan Benítez un espanto. Fabrizio Peralta que hizo un partidazo el miércoles pasado contra Colo Colo, hoy al trote y al fútbol de alto nivel ya no sea juega a ese ritmo. El rendimiento de Santiago Arzamendia que va para abajo. Eduardo Brock, cometió un error puntual que costó caro. Todo tiene mucho que ver con lo mental.
Y con el correr de los minutos, el desasosiego se profundizó. Porque estuvo impreciso el equipo de Manolo Jiménez y excepto en algunos pasajes, le costó hacer circular la pelota. Entonces, no encontró espacios. Y quedó atrapado en los dientes del kuré Luque.
Luqueño salió a jugar el partido de su vida. Y no solo doblegó la marca hasta poner dos líneas de cinco detrás de la mitad de la cancha para tapar los circuitos de Cerro, sino que también se animó a atacar al equipo azulgrana cuando pudo. Y lo hizo comandado por Rodrigo Rojas, el conductor indiscutible que abrió el 1-0 a favor del auriazul. Recuperó tras el fallo de Arzamendia, Rojas habilitó, leyó y también le dio las gracias a Brock tras error en el rechazo.
Luego para el segundo, Lautaro Comas capturó un pase largo, el argentino enganchó para adentro, midió y pegó un golazo clínico para vencer a Jean Fernándes. Fue el segundo puñal en cada corazón cerrista.
El equipo de Julio Cáceres, con una entereza en todas las líneas supo aguantarlo y patear la Nueva Olla con un triunfazo.
El azulgrana, perdido, aturdido, con jugadores que no logran responder al final del Torneo. Ya no depende de sí porque ahora la prioridad es de Libertad que hizo lo suyo. El miércoles se define todo. El Gumarelo con un punto gritará campeón.
