La Superintendencia de Salud, mediante una resolución, reveló que la Unidad de Terapia Intensiva Neonatal (UTI) del Hospital Regional de Villarrica, fue habilitada el 20 de febrero pasado sin cumplir con las exigencias establecidas, lo que representó una habilitación prematura «sin garantía de operatividad real al momento de la misma». La investigación se llevó a cabo tras la muerte de un recién nacido por falta de terapia.
«Al momento de su inauguración, la unidad no se encontraba inscripta en el Registro Nacional de Entidades Prestadoras de Servicios de Salud, configurando una transgresión al marco reglamentario que rige a los establecimientos sujetos a supervisión por parte de la Superintendencia de Salud», dice parte de la resolución.
Menciona que se verificó una «desarticulación funcional entre las instancias del Ministerio de Salud reflejada en la falta de comunicación formal a la Dirección General de Redes y Servicios sobre la habilitación, operatividad y posterior cierre de la UTI, lo que evidencia debilidades estructurales en la gobernanza y en el trabajo en red».
Durante el evento clínico auditado, la UTI Neonatal no estuvo disponible para la atención del neonato, lo que obligó a una derivación urgente y evidenció una falta de planificación, ausencia de protocolos operativos, y debilidad en la gestión institucional del recurso habilitado.
La respuesta del sistema de emergencias (SEME) fue inadecuada, registrándose demoras inevitables , problemas logísticos (neumáticos, seguros), y falta de coordinación efectiva para el traslado oportuno del paciente en estado crítico.
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