El fiscal Deny Yoon Pak presentó este lunes el requerimiento conclusivo de acusación y pedido de juicio oral para Miguel Ángel Insfrán, alias «Tío Rico», presunto cabecilla de una organización criminal dedicada al tráfico internacional de cocaína, que en su periodo de actividad remesó más de 17 toneladas de cocaína a Europa y África, generando multimillonarias ganancias que a su vez eran reinvertidas para la creación de empresas de fachada y así disimular el origen del dinero obtenido.
Insfrán fue acusado por introducción al país de estupefacientes, asociación para el narcotráfico y comercialización de estupefacientes (Art. 21, 42 y 44 de la Ley 1.340), en su carácter de líder de una estructura criminal dedicada al tráfico de cocaína, aliada al narco Sebastián Marset.
Según la presentación realizada por el agente del Ministerio Público, durante el periodo de tiempo comprendido entre el inicio del año 2020 y transcurso del año 2021, varias organizaciones criminales se juntaron en el territorio nacional y concretaron la actividad del tráfico internacional de cargas de clorhidrato de cocaína, también el lavado de los activos obtenidos en consecuencia, ya sea mediante la constitución y adquisición de empresas destinadas para tal fin, igualmente con compras de bienes (muebles, inmuebles y semovientes) tanto a nombre de personas físicas, también de personas jurídicas.
Para poner en marcha el plan se valieron de 4 empresas de diversos rubros, ya sean granos y neumáticos, principalmente. Las mismas estaban denominadas como Maxigrains, Artis y Neumáticos Artis, pertenecientes a Luis Sebriano y Guaraní Business.
De esta manera, durante ese lapso, el grupo ilícito de Sebastián Marset y Miguel Insfrán logró enviar al exterior cargas de clorhidrato de cocaína, entre las cuales, las que fueron descubiertas, totalizaron la cantidad de 17.340 kilogramos de la mencionada droga.
En cuanto a las ganancias que obtenían por cada remesa, el esquema delictivo ofrecía cada paquete de clorhidrato de cocaína por el precio de 12.000 a 14.500 dólares americanos, y en la oportunidad de haber realizado transacción para el envío de la cocaína a África, por ejemplo, lograron obtener la suma total de 18.429.500 dólares americanos.
La distribución de las ganancias ilícitas obtenidas, también el pago a los integrantes de la organización criminal, se realizaba únicamente con autorización de Sebastián Marset, quien, junto a Miguel Insfran, llevaba el registro de la cantidad de droga enviada y el monto a percibir en consecuencia.
En tal sentido, los integrantes que pusieron sus empresas conocimientos acerca del comercio internacional mediante puertos marítimos, al servicio del grupo criminal, entre ellos Luis Sebriano, recibieron, por cada transacción de envío de clorhidrato de cocaína, aproximadamente la suma de 500.000 dólares americanos.
Fuente: El Observador