Por Ana Balbuena – http://linkedin.com/in/anaibalbuena
Hace un tiempo hice un viaje con unas amigas, una escapadita…4 mujeres…24 horas solo para nosotras, sin deberes, ni chofereo, ni pensar y preparar comidas…IDEAL
Seguramente, al leer esto estás pensando “Genial, ni un minuto de silencio, un tema tras otro de conversaciones, ponerse al día, decir lo que pensamos, muchas voces al mismo tiempo…”…y así fue, todo eso sucedió. Sin embargo, en algun momento del viaje me desconecté, observé de afuera, fui consciente.
Claramente era el viaje ideal, sin dudas, pero nos, o ME faltaba la pausa, el silencio, las miradas profundas, donde los personas nos conectamos realmente.
Cuánto nos cuesta el silencio, y qué poderoso es.
Llevado al plano laboral, he vivido muchas ocasiones donde sucede esto. Reuniones, donde todos quieren expresar sus ideas, y al pensar en cómo las dirán, ya no están prestando atención al decir del otro; la bendita reunión de feedback por desempeño, sobre todo si hay que comunicar algo sensible, como dice el “TIP”, la fórmula sandwich: digo algo positivo – en el medio lo negativo y cierro con algo positivo que “refuerce o levante” para compensar como dice un conocido (de este Tip hablaremos más adelante, ahora lo dejamos de lado).
Liderar con consciencia implica silencio, miradas, dar lugar no sólo a nuestro decir, sino al decir del otro y al procesar del otro. Tener la luz verde para detenernos a pensar antes de responder teje parte de la red de seguridad psicológica que se necesita para cuidar al equipo y todo el ambiente de trabajo.
Responder antes y rápido no garantiza hacerlo mejor, ni tampoco mayor compromiso, al contrario, es la dinámica que llevamos en el inconsciente colectivo, sobre todo en el mundo corporativo.
El silencio en el liderazgo consciente permite la verdadera conexión, da la oportunidad de escuchar de verdad, de comprender y de generar empatía. Es un espacio poderoso, donde incluso permite resolver conflictos de manera más efectiva y donde se puede fomentar la creatividad y la innovación.
No se trata de evitar la comunicación, sino de encontrar un equilibrio entre hablar y escuchar, entre actuar y reflexionar antes de responder.
Por lo tanto, como líderes conscientes, es importante aprender a valorar y a utilizar el silencio como una herramienta poderosa en nuestro día a día.